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lunes, 6 de febrero de 2012

CONCIENCIA ESPIRITUAL Y EMPATÍA


CONCIENCIA ESPIRITUAL Y EMPATÍA

Hola mucho aprendí hoy, mucho me queda por aprender y otras cosas por recordar, por ello comparto esto con mis seres queridos y alli estas tu...
Clara
Al final encontran de donde me envían tan valiosa información! todo lo que yo les envió es porque me ha llegado al alma!


La empatía es la esencia de la conexión profunda en las relaciones personales. Es la  habilidad psíquica para detectar las señales externas que indican mas allá de lo que 
se ve y se escucha, lo que sienten, quieren y necesitan los demás. La empatía nos permite comprender entre líneas las emociones de otros. La empatía es la lectura 
emocional del otro, más allá de lo que se ve con los ojos, y se escucha con los oídos
, se percibe lo que hay en el nivel intangible que trasciende lo evidente, se escuchan los sentimientos, los significados, la conducta, se intuye lo que hay detrás de las 
apariencias, se escucha con el corazón, con el alma.


Se percibe la verdad del ser.

La Empatía es puro amor en acción.

La habilidad de ser empático determina radicalmente el nivel y la calidad de las relaciones.

Para establecer una comunicación y relaciones de alto nivel, es necesario desarrollar la conciencia espiritual y la habilidad de ser empático. La comunicación, y las habilidades para comunicarse, son un arte que se aprende.

De manera que, la maestría personal para comunicarse se va adquiriendo en la medida que desarrollamos la habilidad de la empatía motivada por la conciencia espiritual.

La conciencia espiritual y la empatía son nuestra más elevada contribución al nivel y calidad de nuestras relaciones.

La empatía requiere que prestemos toda nuestra presencia y atención a los sentimientos, emociones y necesidades de los demás.

Sin embargo, ¿cómo ser empáticos cuando no están satisfechas nuestras necesidades personales y espirituales básicas?

Para ser empáticos, es necesario estar internamente conectados e integrados con nuestro mundo interior, tener cierto grado de autoconciencia y autosatisfacción personal para poder efectivamente asistir y comprender a otros.

De acuerdo con el eminente psicólogo Abraham Maslow, el objetivo del desarrollo personal es la realización personal, y definitivamente, realización personal no es realización económica ni profesional.

La realización personal es producto de un nivel y un estilo de vida que trasciende los niveles de lucha por la supervivencia, búsqueda de seguridad, búsqueda de aceptación ó aprobación externas. La realización personal es producto de un nivel de conciencia, de conciencia espiritual.

La realización personal requiere un nivel y estilo de vida autoreferenciado, autoresponsable y libre, enfocado y dirigido de adentro hacia fuera, motivado e impulsado por un elevado nivel de conciencia personal y espiritual.

La conciencia espiritual es la que constantemente nos previene y alerta, que nuestra forma conducirnos y todo lo que hacemos en nuestra vida, influye y afecta a las personas que nos rodean, que afectamos e influimos en el medio que nos rodea, que dejamos huellas, que constantemente ejercemos un impacto en la vida de los demás, y que somos los responsables de que ese impacto, sea beneficioso, edificante y positivo.

La conciencia espiritual es la que te advierte que a cada paso que des, consideres cómo estás afectando a otros, con tus actos, con tu conducta, con tu actitud, con tus palabras, con el modo en que eliges conducirte, con tu presencia ó con tu ausencia.

La conciencia espiritual nos recuerda que nuestra existencia, y nuestras acciones, tienen una repercusión y trascendencia en el mundo que nos rodea, en las personas con las que nos relacionamos ó tenemos algún tipo de contacto, y que es nuestra responsabilidad que esa repercusión sea para el beneficio y bienestar de todos los que directa ó indirectamente se verán afectados por lo que hacemos, y que también es nuestra responsabilidad vigilar minuciosamente que ningún implicado sea perjudicado en ningún sentido.

El descuido y la desconsideración hacia los demás, son debidos a falta de conciencia espiritual.

Son producto de la falta de conciencia espiritual: la impuntualidad, la deshonestidad, los desplantes, la falta de delicadeza, no cumplir la palabra dada, la ligereza de palabra, faltar a los acuerdos, ó no cuidar que las relaciones estén efectivamente planteadas y establecidas en términos ganar–ganar.

La conciencia espiritual nos alerta y previene del alcance y resonancia que tiene todo lo que hemos hecho y hacemos en nuestro tránsito por esta vida, y que somos los responsables de no causar ningún tipo de daño a nadie.

La conciencia espiritual nos inspira y motiva a ser incondicionalmente serviciales, generosos, amables, cuidadosos, atentos y considerados con todas las personas con las que nos relacionamos, y con todos los que se verán afectados por nuestra influencia y presencia en sus vidas.

La conciencia espiritual te recuerda que no eres el único que existe, que hay personas a tu alrededor que se están viendo afectadas por lo que haces, por tu conducta, por tu manera de vivir, y que es tu responsabilidad tomar conciencia del impacto que ejerces con tus actos, y que los elijas y medites concientemente, para prevenir la calidad de su repercusión en los demás.

Hacernos cargo de nosotros mismos, trabajar en nuestra depuración emocional, restablecer la propia paz y equilibrio interior, es lo que nos habilita para aportar empatía, de otro modo, no se está capacidad de hacer aportes ni favorables y ni beneficiosos para otros y aun a nuestros seres amados afectaría la falta de empatía con nuestro entorno pues es conocido que no se hace selección en estas leyes no se puede ser empático solo con quien deseamos pues nuestro nivel de alcance se vería  disminuido.
Cuando se ha trabajado en profundidad en sí mismo, en la exploración e integración del propio ámbito emocional y espiritual, resulta fácil acceder al mundo interior del otro, y comprender lo que verdaderamente le ocurre.

El efecto sanador que se produce en la psicoterapia es justamente debido a esto.

El terapeuta, además de que su intervención y participación están sustentadas por principios espirituales, y por un profundo nivel de compromiso personal con su misión de vida, cuenta con un conocimiento personal sustentado por el hecho de haber trabajado en profundidad en sí mismo, y haber tenido su propia experiencia en la exploración e integración de su mundo interior, aún cuando por tratarse de un ser humano, le quede por delante mucho por explorar, descubrir e integrar.

Sin embargo, un amiga ó amigo sensible, con cierto grado de autoconciencia, y que además, tenga la buena disposición de dedicarte su atención, su energía y su tiempo, aún sin contar con el conocimiento específico, pudiera proporcionar un grado similar de comprensión emocional.

De manera que, sea en sesiones de psicoterapia, ó con algún amigo ó amiga íntimo, no hay manera de que se produzca autoconciencia, honestidad emocional y sinceración de la propia vida, sin ser asistido empáticamente, dado que hay muchas cosas que no alcanzamos a ver, clarificar ó comprender por cuenta propia, nos llevaría muchísimo tiempo, y un arduo trabajo lograr esclarecer nuestro mundo interior en el aislamiento, y el ensimismamiento de nuestra mente.

Necesitamos la información correcta y suficiente, necesitamos nueva información, necesitamos otra visión, otra percepción, necesitamos ayuda para facilitarnos las cosas, y para efectivamente sincerarnos y ver la verdad.

Los beneficios y efectos de la empatía hacen que la persona caiga en cuenta de, se conecte con sus sentimientos y emociones, se acepte y se comprenda, pueda crecer, evolucionar y se sienta motivada a producir cambios profundos en su vida.

Es un gran privilegio poder contar con alguien que nos asista y nos escuche empáticamente.

El oyente empático logra dar en el clavo con lo que piensas y sientes, acierta con aquello que quieres decir, te dice lo que necesitas escuchar (que no necesariamente es lo que quieres escuchar), puede conectarse mental y emocionalmente hasta “adivinarte” en qué estás pensando ó qué tienes en mente, entiende lo que pudieras estar deseando o necesitando, aún cuando no tengas conciencia esa necesidad.

Contar en la vida con alguien así es una gran bendición, un privilegio, merecen toda nuestra honra y gratitud, sin embargo, esas personas son seres humanos que necesitan tanta empatía como nosotros, la conciencia espiritual nos recuerda esto.

La conciencia espiritual y la empatía mutua son lo que nutre y fortalece relaciones saludables, profundas, nutricias, edificantes y duraderas.

La conciencia espiritual y la empatía mutua son requisitos para el mutuo entendimiento y comprensión, nos mantienen juntos y unidos.

La conciencia espiritual y la empatía mutua son las claves
de una verdadera amistad, de una relación trascendente y profunda.

La empatía afianza compromisos de corazón a corazón,
reafirma y renueva la conexión entre nuestras almas.

La falta de conciencia espiritual y la carencia ó ausencia de empatía, se hallan en la raíz de la desunión, los malentendidos y la discordia en las relaciones, también se hallan en la raíz de la insatisfacción, los conflictos y la ruptura en las relaciones de pareja.

La Conciencia Espiritual y la Empatía son la base de la comunión y la armonía en las relaciones.

La Empatía es la habilidad de percibir y escuchar con el alma y el corazón,

Las dificultades para ser empático están vinculadas a heridas emocionales y asuntos no resueltos, que incapacitan para estar disponible y abierto para asistir y comprender verdaderamente a otros, porque simplemente primero se requiere hacer eso para sí mismo.

Ser empático exige total presencia, atención y conexión con el otro, sentir, escuchar y comprenderle, a un nivel que trasciende las palabras, ponerse en su lugar, descubrir más allá de sus palabras y su conducta, centrar la atención en leer tras bastidores lo que le ocurriendo, lo que necesita, lo que está sintiendo.

El mensaje intangible es constantemente enviado, la empatía hace que lo captemos y recibamos.

Todos los seres humanos anhelamos éste grado de conexión, comprensión y unión, que nos hace sentir completos, aceptados, valorados, seguros, amados y reconfortados. La empatía mutua nos permite acceder a ese nivel de conexión.

Ser empático requiere un compromiso personal y espiritual profundo consigo mismo, y con el otro, un compromiso de corazón a corazón, que indiscutiblemente, debería ser recíproco, y esa reciprocidad es producto de la conciencia espiritual.

Ser empático es una ofrenda, un acto de honra y entrega al otro.

Nuestra mejor contribución con el otro es ayudarle a llevar lo que siente y desea a su expresión más elevada.

La conexión empática produce efectos y cambios milagrosos
en las personas y en las relaciones

la Empatía es la clave para la restauración y renovación
de las relaciones

Si Usted realmente está interesado en promover cambios fundamentales y positivos en sus relaciones, aprenda a ser empático, trabaje para desarrollar ésta mágica habilidad.

Si realmente quiere acercamiento y unidad, comprométase a ser empático.

Si realmente quiere recuperar ó mantener una amistad ó alguna relación importante para usted, simplemente tome la iniciativa siendo empático, comprométase manteniéndose presente, y ofrezca empatía cada día, cada vez que se requiera.

Ser empático es ser nutricio, es ser uno con el otro,

Ser empático es aceptar y honrar tu propia humanidad, y la del otro es descubrir y reafirmar lo mejor del otro a pesar de las apariencias,

Ser empático le da el poder de inyectarle aire fresco
camaradería e intimidad a cada encuentro, a cada relación

La falta de empatía hace que la relación pierda su esencial sentido de trascendencia, su esencial sentido humano y espiritual, se vuelve banal, superficial o peor aún, se vuelve simplemente funcional.

El efecto sanador de la conexión empática y la conciencia espiritual constituyen nuestra más elevada participación y contribución al nivel y calidad de las relaciones.

La clave de la empatía está en focalizar toda su presencia y atención en los fragmentos clave de la comunicación, hay una esencial información que se revela tras bastidores, mientras escucha y siente con el alma, mientras percibe entre líneas, mientras.

Usted le abre su corazón al otro, y le ofrece un espacio cómodo y seguro para que el otro pueda abrir el suyo, en un acto de reverencia hacia la relación, hacia sí mismo y hacia su interlocutor.

Dar y recibir empatía, nos ayuda a restablecer nuestro equilibrio interior, a sentirnos reconfortados con nosotros mismos, a seguir adelante renovados en nuestra vida.

La empatía es clave para la mutua sanación y transformación tanto interior como exterior.

Nos aclara el panorama para elaborar acertadamente una nueva y mejor perspectiva, para deslastrarnos de las creencias e ideas limitantes y restrictivas, de malos hábitos y conductas negativas y hostiles, nos ayuda a liberarnos de aquello que nos hizo errar, y sustituirlo por un nuevo enfoque, una nueva percepción, una nueva visión, que luego hemos de concretar en nuestra vida con un cambio de actitud, de conductas, nuevas directrices, nuevos lineamientos, nuevas decisiones, coherentes, más saludables, positivas y evolucionadas.

Lina Cristiano
Valencia (Venezuela)

http://www.linacristiano.com

Juanca López. JuancaAhm@gmail.com



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